domingo, 20 de mayo de 2012

EL DESCENSO DE UN EQUIPO HISTÓRICO



EL DESCENSO DE UN EQUIPO HISTÓRICO

Soy más conocido por mi etapa como jugador del Real Madrid que por mis comienzos en el Club Estudiantes. Alumno del Instituto Ramiro de Maeztu desde el año 1.952 al año 1.964, jugador de las categorías de formación desde 1.957 a 1.963 y jugador del primer equipo de Estudiantes desde 1.964 a 1.968, sería fácil para mi investirme de la camiseta blanca y hacer leña del árbol caído.

Pero voy a teñirme de azul claroscuro y a abordar elementos de juicio que pongan al Estu en el lugar que merece. Uno de los Clubs más históricos de nuestra competición, ha jugado todas las ligas desde la creación de la misma junto al Madrid y Juventud, ha caído el pasado domingo y habrá de purgar sus derrotas en la liga LEB oro el próximo curso. Es éste un hecho no acontecido anteriormente en la historia del Club Estudiantes, que lleva 55 años compitiendo en la categoría reina, si bien ha pasado por diferentes momentos en las que estuvo a punto de descender o no competir por problemas deportivos o económicos. De todos ellos se salvó, afortunadamente.

No hay aficionado, jugador o deportista, salvo raras excepciones, que se alegre del descenso del Estudiantes. A todos nos gustaría que permaneciese en la élite del basket patrio (dicho ello sin menoscabo de los equipos de LEB que tendrán la opción de ascender) porque es un verdadero orgullo pertenecer o haber pertenecido a este Club que siempre fue unido a una institución de mucha solera, cual es el Instituto Ramiro de Maeztu. Son decenas de miles los ex alumnos que se habrán sentido tristes, son miles los jugadores de todas las categorías que habrán participado del mismo dolor y son decenas los entrenadores y directivos que estarán pasando sus peores momentos como miembros de este Club. Pero hay que mantener la cabeza erguida. Con el orgullo y la gallardía de saber que durante estos sesenta y cinco años de vida y cincuenta y cinco de alta competición, este Club ha seguido aquellas máximas de don Antonio Magariños, su fundador, quien pretendía una formación integral del alumno a través del deporte. De hecho, en el frontal de la entrada del polideportivo de la calle Serrano, que lleva  el nombre de su fundador, colocaron con motivo de su sexagésimo aniversario la siguiente frase – sesenta años formando personas -. Y este es el saldo con el que todos los que sentimos al Estudiantes debemos presentarnos frente a los demás, lejos de esos otros saldos económicos y de gestión deportiva que habrán de ser reflexionados y reconducidos para el mejor futuro de este histórico Club.

Hay que mirar al frente y abordar las potenciales soluciones y si miramos atrás, que sea bajo una perspectiva no sólo de derrota deportiva sino de balance de actuaciones en todos los planos de la formación. Ese balance es muy positivo y es el que debe alentar a sus directivos, alguno de ellos amigo personal desde los cinco años, para no desfallecer en la dura tarea que deberán abordar en el futuro.

Por otro lado, a tenor de las noticias aparecidas en la prensa deportiva, cabría todavía la esperanza de que el descenso no se hiciera efectivo en virtud de la imposibilidad de los equipos que habrían de ascender de no poder hacer efectivo el canon de ascenso que exige la ACB.

Vicente Ramos. 

Publicado en la Gaceta 8 de Mayo de 2.012

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